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EGIPTO

 

CARTA DE LA PROVINCIAL DE EGIPTO POR LA MUERTE DE LA HNA. MAGDA MOUNIR (junio 2012)

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TESTIMONIO DE LA HNA. MAGDA, ENFERMERA

 

"La ofrenda de nosotras mismas libera nuestro corazón y lo ensancha a las dimensiones del amor universal. "Preocupándonos de las cosas del Señor (1 Co 7, 32) nos ponemos sin reserva al servicio de la Iglesia y del mundo." (Constituciones 27)

 "Después de haber sentido el llamado del Señor, decidí entrar en el Instituto de las Hnas. de Nuestra Señora de los Apóstoles. no pensaba en un trabajo especial, ni en un servicio en particular, sino en un envío en misión, sin importar dónde...Durante los primeros años de formación aprendí todo eso en un camino de crecimiento personal: crecer en mi relación con Jesús, El que alimentó a su pueblo, que escuchó sus problemas cotidianos...El me trazó el camino. No imaginaba que tendría la posibilidad de un envío fuera de mi país, pero traté de cumplir la voluntad de Dios que se volvió la mía: se me pidió de realizar el segundo año de postulantado en Argelia. Ese primer envío de misión "ad extra" no fue fácil, pero siempre traté de cumplir la voluntad de Dios y eso fue una excelente prueba para mi vocación.

Después de mis primeros Votos, fui enviada a una comunidad donde tenía un empleo a tiempo completo: fue una experiencia enriquecedora que me ayudó a crecer aún más. Al poco tiempo, las responsables me preguntaron si me gustaría estudiar enfermería. Ante la libertad de elección: permanecer en la escuela donde conocía el trabajo, era conocida y reconocida...o comenzar a estudiar una profesión nada fácil, según lo que había escuchado...respondí "SI" a la propuesta de formarme como enfermera...Vamos donde el Espíritu nos conduce.

Dije "SI", pero estaba inquieta por la idea dejar de costado la misión: los campamentos, las sesiones de formación, la pastoral, la comunidad, las clases, los alumnos...

Comencé mis estudios de enfermería en e Hospital de Abasseya y las prácticas que eran allí mismo y en un hospital universitario. En éste último descubrí que había personas que no conocían la existencia de religiosas, de consagradas...sabían que en Egipto viven cristianos que tal vez son sus vecinos, sus amigos...pero que algunas mujeres se entreguen totalmente a Dios para la misión, para el servicio a sus hermanos y hermanas, era un descubrimiento que haciendo a través de las preguntas que nos hacian, y a través del testimonio de nuestro trabajo, nuestra atención a cada uno...Eso los llevaba a preguntarnos: "¿Quién es usted?...cuá es el secreto de su mirada de ternura, de piedad que no es fácil de encontrar en un hospital gratuito del gobierno?"

Después de los dos años que concurrimos para realizar las prácticas hospitalarias, las religiosas fuimos reconocidas por la seriedad y aplicación a nuestro trabajo...y los responsables dijeron: "Necesitamos Hermanas para trabajar con nosotros."...somos levadura en la masa...

Somos un testimonio de vida para nuestros hermanos y hermanas musulmanes como también para los cristianos que no están acostumbrados a ver religiosas trabajando en un hospital público...entregamos una mirada de misericordia, de compasión en un mundo tan difícil....El comentaro que más me conmovió fue el de un musulmán a quien cada mañana le colocaba una inyección: "estamos enfermos; con usted sentimos que somos amados, que usted ama su trabajo...siento que Dios me bendice y me cura a través de sus manos."

Trabajar en un hospital donde el 90% del personal es musulmán no es fácil, yo no lo elegí, lo considero como la voluntad de Dios. Es por la gracia que nuestros estudios y trabajos se vuelven misión , testimonio.

Esta experiencia me enriquece...es bien diferente de la escuela. Cada día tengo una experiencia nueva, diferente, una apertura al otro diferente. Las numerosas personas que pasan por el hospital, el trabajo con los médicos, las enfermeras, todo el personal, me da una profunda alegría. No siempre es necesario hablar...mi presencia, mis gestos, hacen pasar a sus corazones la alegría que hay en el mío.

Para terminar, me gustaría retomar unas palabras del padre Agustín Planque: "Vivan en la más íntima unión con Dios...no lo dejen...ténganlo siempre en su espíritu y en su corazón y llévenlo en todas sus obras exteriores."

Hna. Magda Talaat, nsa